La falsa pista.
Henning Mankell
353 páginas.
1971.
Inspector Wallander V
Sinopsis
En Suecia nadie recuerda un verano tan caluroso como el de 1994. Mientras la gente sigue con pasión los partidos finales del Campeonato Mundial de Fútbol, el inspector Kurt Wallander se dispone a iniciar unas cortas vacaciones. Pero la tranquilidad de la provincia de Escania se ve truncada cuando una muchacha, posiblemente extranjera, se suicida quemándose a lo bonzo. Wallander y su equipo tratan de averiguar la identidad de la chica y los motivos de esa trágica decisión; pero los sustos no han hecho más que empezar, pues un brutal asesino en serie ha comenzado su macabra actividad. Las primeras víctimas son un antiguo ministro de Justicia, un adinerado tratante de arte y un ladronzuelo de poca monta. Sin que pueda sospecharlo, la pista a la que Wallander se aferra para detener esta carnicería le conducirá a las altas esferas de la política, y pondrá seriamente en peligro su vida y la de sus allegados.
Citas:
«—¿Una mujer que se comporta extrañamente en un campo de colza? ¿Qué hacía?
—Si le he entendido bien, no hacía nada. Lo raro es que se encontraba en medio de la colza.»
De nueva cuenta, la historia no comienza en la época actual, ni es el comisario Wallander el que ve el inicio de todo.
No.
Esta vez nos vamos atrás en el tiempo a República Dominicana con un padre amoroso y una hija destinada a salir del país en búsqueda de mejores tiempos.
Y este caso comienza así: con una mujer haciendo cosas raras en un campo de colza y rodeada de bidones de gasolina. ¿En dónde los consiguió? ¿Por qué se autoinmola?
Lo cierto es que hay otra línea muy lejana que no tardara en chocar con este evento, creando una falsa pista a la que el subconsciente (a estas alturas ya sabemos como resuelve los casos el inspector) trabaja y trabaja sin encontrar la relación.
Entre tanto, los cadáveres se van acumulando: personas de perfil público van cayendo víctimas de un poderoso golpe de hacha y la perdida de algo más que la dignidad.
«—Gente corriente —dijo Hansson resignado—. Por fuera completamente normales. Debajo de la superficie, los enfermos mentales son bestias salvajes. Un hombre en Francia, el encargado de un depósito de carbón, solía abrir los estómagos de sus víctimas e introducía la cabeza para intentar ahogarse. Es solo un ejemplo.»
El asesino es brutal, enfocado, seguro de que lo que hace y porque lo hace es lo mejor que puede hacer para recuperar al ser querido. Contrario a lo pensado, el inspector habla directamente con él, sin sospechar (porque no hay nada que indique lo contrario) que se trata del perseguido.
«¿Dónde están las trampas y los vacíos? ¿Dónde se equivocan los pensamientos? ¿Dónde he combinado los hechos con las circunstancias de manera arbitraria, sacando una conclusión equivocada por haber simplificado?»
Aquí como en ninguna otra novela anterior, la mente del policía (que tiene que lidiar con la lejanía de su hija, un amor en otro país (ver Los perros de Riga); un padre que va en caída libre sufriendo Alzheimer; la perdida de compañeros de trabajo; la llegada de una nueva compañera y su rechazo inicial por el departamento...) es tratada a fondo, sus pensamientos son detallados, lo que ven sus ojos en el lugar del crimen se acompaña con algún recuerdo que posiblemente ofrezca alguna pista.
««La barbarie siempre tiene forma humana», pensó. «Eso es lo que hace que sea tan inhumana». Lo había leído en alguna parte. Ahora sabía que era verdad.»
El escritor ha puesto el alma aquí: se nota el esfuerzo por tratar de compensar el trabajo anterior. Nada es lo que parece, ni el asesino y sus motivos, ni las víctimas ni los familiares y mucho menos en donde se juntan y chocan las dos personas menos esperadas en la investigación: la mujer que muere en los campos de colza y el asesino con hacha en manos que recolecta lo necesario para quitar el conjuro.
Esta vez vale la pena recolectar las pistas, porque el lector sabe mucho menos que el inspector. El viaje es de acompañamiento mutuo, hasta la perdida de un juego de llaves es sorpresivo para el lector.
Valor 9 de 10.
Excelente trabajo, bien escrito, retoma eventos de libros anteriores y lo explica en forma de pensamientos fugaces del protagonista.
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