La quinta mujer
Henning Mankell
1996
442 páginas.
Inspector Wallander VI
Sinopsis
La placidez habitual de la ciudad sueca de Ystad se ve rota cuando, con cierto intervalo de tiempo, tres hombres aparecen salvajemente asesinados. Las víctimas llevaban una vida apacible y tranquila, dedicadas a la ornitología, el cultivo de orquídeas y la poesía, lo cual hace aún más incomprensible el casi insoportable sadismo de que han sido objeto. Durante la investigación del caso, Wallander —un detective vulnerable y con aires de antihéroe— descubre que no solo debe enfrentarse a un asesino de temible inteligencia, sino que este parece guiarse por un sanguinario y turbio deseo de venganza. Cuando por fin la policía cree estar tras la buena pista, un nuevo asesinato da un vuelco a la investigación y provoca un motín entre la asustada población local.
De nueva cuenta, el escritor comienza en el pasado, esta vez no tan remoto y en un lugar no tan lejano para comenzar la historia. Historia que nos hablara (una vez más) de la venganza y de la fuerza imparable que tiene para cobrar tributo.
El agente de policía nos demuestra su fortaleza para soportar los golpes personales: la perdida de un ser querido con el que tiene deudas morales pendientes; un amor que no termina de consolidar por mostrar inconsistencia en la relación (o bien que el trabajo policiaco es demasiado exigente); una hija que entra y sale de su vida porque está buscando su propio camino...
Citas:
«El barro ensangrentado que había en el fondo de la zanja se subió a paladas. El macabro trabajo y la persistente lluvia hacían del lugar del crimen uno de los más lúgubres y repugnantes que Wallander y sus colegas hubieran visto jamás.»
El libro está dividido en cuatro partes de dos semanas cada uno, si bien pareciera que es poco tiempo, la cantidad de trabajo y eventos que suceden hacen que el reloj avance más rápido para los buscadores y más lento para el asesino. Tan importante es la manera como se comenten los asesinatos (demostrando que se trata de una persona con paciencia y sin miedo al trabajo duro y largo) como las personas que se ven afectadas: todos tiene la característica de ser anodinas, sin nada extraordinario en sus vidas. ¿Qué mueve al asesino?
«No pretendió herir, ni dar muy fuerte. Tuvo cuidado de no dar en la sien, eso podía ser fatal. Golpeó una de las mejillas de la mujer, con la fuerza precisa. La suficiente para dejarla inconsciente, para obligarla a soltar el brazo. La mujer gimió y cayó al suelo. Ella se dio la vuelta para irse. Entonces sintió que dos manos agarraban sus piernas.»
Conforme las pistas no llegan y si lo hacen no encajan para armar un rompecabezas coherente, el tiempo pasa y los vecinos deciden que es momento de hacer el trabajo que la policía parece incapaz de realizar: proteger a los vecinos de si mismo. Un grupo de vigilantes toma la justicia por su propia mano y lleva a cabo eventos que solo logran crispar los nervios de todo el mundo. Curiosamente, los vigilantes no tardan en ser capturados, esto provoca más desconfianza en la gente: les parece muy raro que no puedan capturar al asesino.
«Wallander también fue a la gasolinera. Le pidió al testigo, Jonas Hader, de veinticuatro años, que le contara sus observaciones. Para Wallander fue como encontrarse con el testigo perfecto. Jonas Hader parecía contemplar siempre lo que le rodeaba como si sus observaciones pudieran transformarse en cualquier momento en un testimonio decisivo.»
No es la primera novela donde la intuición del antihéroe y la suerte de contar con un testigo poseedor de una memoria extraordinaria (y observador) dan con la pista faltante para que el equipo se mueve en la dirección correcta.
«Nunca, en sus largos años como investigador criminal, había experimentado una necesidad tan intensa de comprender de verdad lo ocurrido. Las acciones delictivas constituían siempre una superficie. Con frecuencia, esta superficie se enredaba luego con su propia vegetación inferior. La superficie y el fondo tenían una relación directa. Pero, a veces, cuando se lograba penetrar a través de la superficie del delito, se abrían abismos insospechados.»
Esta vez tenemos la oportunidad de conocer la historia antigua con detalles, lo que mueve el primer motor para todo lo que conocemos a través de estas páginas. De primera voz, el detective recopila lo necesario para entender a la persona que tiene enfrente, los motivos, lo que pasa por su mente y lo que va perdiendo en el camino.
Esta novela es una de las mejores (para mi gusto) de toda la saga: el personaje principal va tomando camino hacia el final viéndose obligado por las circunstancias (y el escritor) a cerrar decisiones que el trabajo y la inseguridad le decían que después podía acabar; hay menciones a eventos de libros pasados, personajes importantes se jubilan o cambian de puesto; otros son golpeados en la cara por la realidad. El ambiente descrito es muy parecido a nuestra realidad.
Escrita de manera sencilla, el escritor no busca complicarse la vida creando situaciones que sean difíciles de explicar, pero tampoco sencillas o simples como lectura juvenil.
Veremos si en el siguiente tomo de la saga, el policía de un pequeño pueblo (que en cada ocasión se ve sorprendido por la brutalidad que viene de fuera) logra tener una estabilidad mental lo suficientemente buena como para poder formar de nuevo una familia.
Valor 9 de 10.
https://www.epublibre.org/libro/detalle/2639

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