Asesinato en el Orient Express.
Agatha Christie.
Serie Hercules Poirot X.
1934.
Planeta.
187 páginas.
Sinopsis
En un lugar aislado de la antigua Yugoslavia, en plena madrugada, una fuerte tormenta de nieve obstaculiza la línea férrea por donde circula el Orient Express. Procedente de la exótica Estambul, en él viaja el detective Hércules Poirot, que repentinamente se topa con uno de los casos más desconcertantes de su carrera: en el compartimento vecino ha sido asesinado Samuel E. Ratchett mientras dormía, pese a que ningún indicio trasluce un móvil concreto. Poirot aprovechará la situación para indagar entre los ocupantes del vagón, que a todas luces deberían ser los únicos posibles autores del crimen. Una víctima, doce sospechosos y una mente privilegiada en busca de la verdad.
Citas:
«Cuando se despertó, el tren estaba todavía detenido. Levantó una cortinilla y miró al exterior. Grandes masas de nieve rodeaban el tren.»
«—Perfectamente —contestó Poirot—. ¡El asunto empieza a aclararse algo! El asesino fue un hombre de gran fuerza; también pudo ser débil, pudo ser igualmente una mujer, o una persona zurda, o una ambidextra…, o una… ¡Ah! C’est rigolo tout ça!»
«—¿Está usted seguro de eso, míster Hardman?
—Completamente seguro. Nadie subió al tren desde el exterior y nadie atravesó el pasillo procedente de los coches de atrás. Eso puedo jurarlo.»
«Se palpó los bolsillos buscando su pitillera. Estaba vacía.
—Volveré dentro de un momento —dijo—. Necesitaré los cigarrillos. Tenemos entre manos un asunto difícil y curioso. ¿Quién llevaba aquel quimono escarlata? ¿Dónde está ahora? Quisiera saberlo. Hay algo en este caso…, algún factor…, que se me escapa. Es difícil porque lo han hecho difícil.»
Como nunca, las historias de Poirot dejan un agradable sabor de boca.
En las citas puedes leer la frustración a la que él detective está siendo encaminado por las pistas que se van reuniendo.
Si hay algo que siempre, y digo siempre, me sorprende de Agatha es la facilidad para crear personajes diversos, enriquecidos y creíbles en el poco espacio de 187 páginas.
Y no solo eso, mediante la boca de Poirot y el personaje «soporte» de ese momento, se da el lujo de describir de manera clara y contundente en donde se está desarrollando la historia.
No te quede ninguna duda de que hay un misterio, con el resultado de un asesinato y de que el asesino está frente a ti, pero que no lo puedes identificar.
Esta es la primera ocasión, y espero que sea la última, en la que veo la película antes que el libro.
Ya conozco el final y no por eso, deja de ser interesante la trama, la descripción del ambiente externo al tren, los personajes y sus diversos títulos nobiliarios, el tren en si, como están colocadas los vagones y las camas, quien duerme en cual y una larga lista, que me sorprende que pueda hacerse una mínima representación digna, ya sea en el cine o en la televisión.
La mitad de la narración consiste en el interrogatorio que se hace a TODOS y cada uno de los personajes que viven en el tren. Sirve, además, para confirmar lo dicho en las coartadas de otros personajes. Es imposible que se haya llevado a cabo el asesinato y que nadie haya escuchado nada, si consideramos, además que el mal tiempo ha hecho obligatorio que el tren detenga la marcha, cuando es entonces que el silencio es absoluto.
Agrega dos capítulos más donde se hace un resumen de las pistas (por si acaso no has tenido suficiente información) y como punto final, las células grises de Poirot te darán la solución en los últimos dos, si, dos capítulos del libro.
Vamos por la película del 2017.
Valor 5/5
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