Título original
The Day of the Jackal
Año
1973
Duración
141 min.
País
Reino Unido
Dirección
Fred Zinnemann
Guion
Kenneth Ross. Novela: Frederick Forsyth
Música
Georges Delerue
Fotografía
Jean Tournier
Género
Intriga | Crimen. Policíaco. Años 60
Sinopsis
Año 1963. Chacal, un prestigioso asesino a sueldo cuya verdadera identidad nadie conoce, ha sido contratado por la OAS para llevar a cabo una arriesgada misión: asesinar al Presidente de la República Francesa, el general Charles De Gaulle. La novia de un paracaidista ejecutado por su pertenencia a la OAS es la encargada de proporcionar información sobre los movimientos del Presidente gracias a su relación con un miembro del servicio de seguridad de De Gaulle.
Citas:
«No somos terroristas, como usted comprenderá. Somos patriotas.»
«Nos han asignado un trabajo y no tenemos más remedio que hacerlo.»
Lo bueno.
Se toma su tiempo para contar la historia, la película se lleva sus buenas dos horas y veinte minutos. Y no es para menos, lo que ambos personajes tienen que hacer para la que historia se mueva hacia adelante no es cosa menor.
Uno de los detalles más difíciles de llevar a cabo es la elasticidad del tiempo: mientras que para uno de los bandos (el que busca) el tiempo se acorta de manera inexorable, para el asesino el tiempo pasa demasiado lento, se da el gusto de buscar a su amante de ocasión y dedicarle un buen rato.
Lo mejor.
Es lo más fiel posible al libro y eso es de agradecer. El último de los ataques perpetrados contra el presidente y su malogrado fin; tenemos a un inglés de buen porte con una elegancia característica; la investigación que realiza en la biblioteca para identificar el cómo, cuando y donde; la entrevista y acuerdos a los que llega con el armero; las trampas que el falsificador comete...
Las actuaciones también son para recordar: las dos contrapartes principales (el asesino y el inspector) no pueden ser los más distintos uno del otro y es una idea que de manera constante se ve en todo momento.
La fotografía es otro punto a favor: las escenas campestres en el auto deportivo por las carreteras cuesta arriba o cuesta abajo (rara vez en terreno plano); las imágenes del desfile; los soldados haciendo sus ejercicios...
El final es rápido y contundente. Además de lleno de coincidencias: la pregunta casual a uno de tantos guardias, el comentario hecho como si nada; la ventana abierta...
Lo malo.
Los franceses hablan en inglés (todo el tiempo).
En un intento de hacer que las dos horas y veinte minutos duren lo suficiente, hacen que el Chacal haga y diga cosas de tal manera que ya ha pensado muy bien como llevar a cabo el trabajo: en las negociaciones deja claro que conoce la problemática; en la búsqueda del primer pasaporte (de un total de tres) se salta la plática con el párroco para visitar de manera inmediata una tumba adecuada; ya tiene el modelo del rifle antes de hacer la visita al armero (en la novela, el modelo sale durante la plática con él, porque hay detalles que él desconoce de las armas); Kowalski, el polaco por donde todo comienza a filtrarse y que está descrito como una bestia bruta de dos metros de altura, no presenta la más mínima batalla al momento de ser «abducido», no se ven los huesos y cabezas rotas de los secuestradores y las malas condiciones físicas en las que queda el viejo legionario, condiciones que no hacen que el interrogatorio sea fácil.
El alias del pistolero es identificado por la inteligencia inglesa, no por la francesa.
Los últimos veinte minutos la cámara se dedica a pasearnos por las calles aledañas del evento, incluso formamos parte de la congregación que toma misa con el presidente, vemos el desfile militar en las calles y el aire.
Aquí el libro.
Valor 8 de 10.
Buena realización de un buen libro.
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