Los ríos de color púrpura [Película | Crítica]

Título original
    Les Rivières pourpres
Año
    2000
Duración
    105 min.
País
    Francia Francia
Dirección
    Mathieu Kassovitz
Guion
    Mathieu Kassovitz, Jean-Christophe Grange
Música
    Bruno Coulais
Fotografía
    Thierry Arbogast
Reparto
    Jean Reno, Vincent Cassel, Nadia Farès, Dominique Sanda, Jean Pierre Cassel, Karim Belkhadra, Didier Flamand, François Levantal, Francine Bergé, Philippe Nahon
Productora
    Gaumont / Legende Enterprises
Género
    Thriller. Acción. Intriga
Sinopsis
    El mismo día, en dos lugares separados por 300 kilómetros de distancia, a dos policías les asignan investigaciones muy particulares. Pierre Niemans (Jean Reno), un hombre con experiencia y un instinto infalible para los casos criminales, viaja a Guernon, una ciudad universitaria de los Alpes, donde se ha cometido un violento asesinato. Mientras tanto, el joven y solitario Max Kerkerian (Vincent Cassel), un antiguo ladrón de coches cuyo amor al peligro lo llevó a ingresar en la policía, está investigando en Sarzac la profanación de un cementerio, especialmente la tumba de una niña que murió hace veinte años. Inesperadamente, se establece una conexión entre ambos casos.

Citas:
«¡¡Diablos!! ¿Niemans se le van a caer los pelos del culo si me explica que está pasando?» Kerkerian.

Me siento estafado.
La película ha sufrido tantos cortes, re acomodos y modificaciones que está irreconocible comparándola contra el libro.
Es como ver las ropas nuevas del emperador.
Nadie se atreve a decirle que está desnudo.

Los personajes: Los dos policías entran de lleno en su investigación. No se muestra el pasado de ninguno de los dos, aspecto más que importante en la historia, porque nos permite entender en toda su magnitud el final de la historia. Personajes secundarios son mostrados antes de tiempo, se quitan algunos que nos dejan pistas falsas o incompletas y que como lector nos corresponde acomodar con el fin de tener una historia coherente. La atracción sexual eléctrica entre Fanny la alpinista y Niemans no se muestra. El joven teniente magrebí Karim Abdouf es cambiado por Max Kerkerian. Un ladrón convertido en good gay, siempre escoltado por un par de inútiles.

La trama: no hay investigación, los policías van avanzando a golpe de intuición. Y para colmo de males, está intuición siempre es correcta, TODAS las pistas se van acumulando de manera innecesaria. Pierden su sentido. En lugar de dejar migajas para que seamos parte de la aventura, solo somos meros espectadores.

¿Y la cuerda para piano con la que se mató a las víctimas?
¿La esposa de Remy, tan importante en la investigación?
¿La madre de Fanny?
¿La monja que se encargó de buscar todas las evidencias?
¿Los traga fuegos que dan pistas, aun pasados más de 20 años?
¿El ataúd con los restos de ratones y sin cuerpo que identificar?
Y así podría seguir con una cantidad increíble de detalles que hacen el libro tan interesante.

La fotografía: de lo poco salvable. Las vistas de la Universidad, el valle y los grandes glaciares son de lo mejor que tiene la película.

Jean-Christophe Grange excelente escritor pésimo guionista.

Mi sugerencia: disfruta de la lectura del libro y llega, de verdad, llega al final. El precio a pagar es muy alto, pero los personajes están dispuestos a hacerlo.

Valor 3/5

El libro