El Sol desnudo.
Libro III de la Saga de la Fundación: Serie de los Robots.
Isaac Asimov.
Editorial Planeta. 1957.
205 páginas.
Sinopsis.
Mientras la sociedad terrestre rechaza a los robots humanoides, los Mundos Exteriores, antiguas colonias de la Tierra, han basado su economía en el trabajo de los robots, desarrollando así una sociedad altamente tecnológica, mucho más que la terrestre, en la que los individuos no soportan la presencia de sus congéneres: todos los contactos sociales se producen por medio de proyecciones holográficas. Por eso, el detective Baley no sabe por dónde empezar cuando le envían a Solaria a resolver el primer asesinato que se produce en doscientos años, pues todo parece apuntar, paradójicamente, a que ha sido cometido por un robot.
Lo interesante de los mundos que genera Asimov es la actitud de TODOS sus personajes al ser amables y aplicar en todo momento las «buenas» costumbres de la madre tierra de los años 1950. En este caso, por más difícil o apremiante que sea una situación, Baley sabe contener, dar las gracias y continuar adelante.
Pero si quieres ver sociedades exóticas y «más» interesantes te recomiendo que leas a Jack Vance.
En esta ocasión, sacamos de la Tierra, la madre de todas las culturas que existen en los Mundos Exteriores a Baley, en Bovedas de Acero nos encontramos que los naturales sufren de una ligera agorafobia: las ciudades se encuentran bajo tierra, a varios niveles de profundidad, que son asignados de acuerdo al rango de cada personaje, estos rangos están asignados de acuerdo a los méritos que se van logrando y se va escalando en una sociedad acostumbrada a convivir entre grandes masas de personas en espacios muy pequeños, lo que implica que los toques, roces o choques entre ellos son constantes.
Ahora, por haber resuelto el caso del libro anterior, es solicitado de manera exclusiva por los altos mandos de Solaria, un mundo que basa su economía y comodidad en el uso intensivo de los robots, incluso, vive entre ellos el mejor robotista de los Mundo Externos.
Mientras Solaria tiene una sociedad limitada en la cantidad de habitantes, debido a dos cosas: el control de natalidad y las modificaciones genéticas con las que son tratados para evitar cualquier tipo de enfermedad hereditaria.
Por lo poca cantidad de personas y el gran espacio libre que tienen, las casas son enormes y el mantenimiento esta hecho por los robots. Para tener relación entre ellos utilizan el visor, está terminantemente prohibido por la sociedad tener contacto físico o preguntar por los hijos o si eres casado.
Asimov aprovecha estas sociedades dispares para poner en jaque su primera Ley de la Robótica, a través de un asesinato, el primero en 200 años y en donde las pruebas, circunstanciales claro, apuntan a que debió haberlo llevado a cabo un robot.
Las piezas se van acomodando conforme la lectura avanza, pero no son fáciles de encontrar o hacer la conexión entre ellas, Asimov no es Agatha o Doyle, no es una lectura especialmente difícil de seguir para ser historia de detectives ni tampoco esperes situaciones que son una vuelta de tuerca en la historia.
Lo que si ocurre es la profundidad con que la personalidad del R. Daneel es trabajada durante la narración. Todo parece augurar que será una pieza importante para el desarrollo de la historia. La Fundación aun nos espera y no llevamos ni la mitad del camino recorrido.
Ah! El culpable es quien supones que es a la mitad de la narración. Y lo que se encuentra detrás del asesinado va más allá de un mero descubrimiento científico. Y eso solo lo puedes ver de manera clara al final de la narración.
Valor 5/5
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