Poirot en Egipto
Hércules Poirot XVI
Agatha Christie.
1937.
Sinopsis
En esta conocida novela, publicada también con el título de Muerte en el NIlo, Poirot realiza un viaje de placer por la deslumbrante tierra de los faraones. Pero, como de costumbre, el crimen le sale al paso. En el barco a bordo del cual recorre el Nilo, alguien asesina a Linnet Ridgeway, la mujer más rica de Inglaterra, hermosa muchacha que se encontraba en plena luna de miel. Resulta que en la embarcación han coincidido unas cuantas personas que tienen motivos para matar a Linnet. Aunque la más sospechosa es Jacqueline de Bellefort, antigua novia del marido de Linnet y que, a impulso del despecho, se dedicaba a acosar a la pareja, persiguiéndola por todas partes. Antes de que Poirot empiece a poner en orden sus ideas, nuevas víctimas van cayendo. El laberinto de la acción se hace tan apasionante que hasta Poirot parece incapaz de centrarse y desenmascarar al asesino.
Citas:
«Entre los asistentes a la cena en Chez Ma Tante tuve ocasión de admirar la belleza de Linnet Ridgeway. A su lado estaban la distinguida señorita Juana Southwood, lord Windleshaw y el señor Tobías Bryce. La señorita Ridgeway, como nadie ignora, es hija de Melhuish Ridgeway y de Ana Hartz. Hereda de su abuelo, Leopoldo Hartz, una inmensa fortuna. La encantadora Linnet es la sensación del momento; se rumorea que en breve se hará público un noviazgo. ¡Lord Windleshaw parecía, en efecto, muy entusiasmado!»
«—Yo trabajo con mi cerebro y no me avergüenzo de decirlo —replicó Poirot.
El señor Ferguson chascó la lengua.
—Debían fusilarlos a todos —dijo.
—Mi joven amigo —repuso Poirot—, ¡qué pasión tiene usted por la violencia!»
«—Es posible. Una vez, en el Expreso de Oriente, investigué un asesinato. Se trataba de un kimono. Había desaparecido y, sin embargo, debía estar en el tren. Lo encontré. ¿Dónde cree usted? En mi propia maleta cerrada con llave. ¡Ah! ¡Fue una verdadera impertinencia!»
Al igual que Homero en la Ilíada, en los capítulos que hacen el conteo de las naves aqueas, aquí contamos con los dos primeros capítulos que son los más largos de toda la novela.
Y no es para menos.
No solo conocemos a la belleza objetivo: Linnet Ridgeway quien parece que lo tiene todo. Solo hace falta un novio que este a la altura de las circunstancias. Conocemos a su amiga de toda la vida, Jacqueline Bellefort, quien si tiene novio. Y todo el resto de los pasajeros que estarán en este desafortunado viaje por el Nilo. Repasemos todos y cada uno de los motivos por cuales estarán a bordo del Karnal.
Una vez puestos en su lugar los personajes, incluyendo a Poirot que en este viaje no lleva a Hasting, pero que ya se las arreglará para tener quien le haga segunda en sus cavilaciones, en este caso el coronel Race.
Siguen una buena cantidad de capítulos para conocer cómo actúan, que les atemoriza y cómo interactúan entre si todos los personajes, mostrando su lado oscuro y algunos cuantos vicios y secretos que serán develados más adelante.
Entre esos vicios se encuentran muchos motivos para desear la muerte de Linnet, aunque ella no tiene manera de saberlo, es tan grande el poder y alcance de su dinero, que ignora a cuanta gente han perjudicado sus decisiones.
Cuando ocurre la tragedia, podría haber jurado que sabía quién es el culpable, más claro no puede ser. Gravísimo error. Como siempre Christie tiene varias pistas que solo las células grises del detective belga son capaces de identificar.
Contamos con varias vueltas de tuerca, que hacen que el nombre del sospechoso (o sospechosa) vayan saltando desde lo más «naturales» hasta los más improbables personajes y por si no fuera poco, hay varios asesinatos extra que se llevan a cabo frente a Poirot y su acompañante.
Cómo puedes leer en las citas, no solo el protagonista, también la escritora recurren al sistema de recopilación de pistas de la novela anterior: llamar a todos y cada uno de los pasajeros, tomar notas y su información personal para ser localizados más adelante. De nueva cuenta hacer un resumen del inventario de pistas y tratar de sacar conclusiones.
Para cerrar la novela al identificar al culpable, por primera vez el detective siente la tristeza por no haber tenido la capacidad de cambiar el final. Porque sus comentarios cayeron en saco roto y no pudo evitar el triste final.
Valor 9 de 10.
Una vez más, en poco espacio logra desarrollar una interesante historia con personajes inolvidables y situaciones «difíciles» de aclarar si no es por intermediación del detective.
Larga vida a la reina.
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