El planeta de los simios
Pierre Boulle.
Penguin Random House. 1963.
178 páginas.
Sinopsis
El periodista Ulysse Mérou, el profesor Antelle y su joven discípulo Arthur Levain se embarcan en un extraordinario viaje hacia la estrella Betelgeuse. Desde su nave espacial observan el planeta Soror, donde se perfilan ciudades y carreteras curiosamente parecidas a las de la Tierra. Cuando aterrizan descubren que está habitado por seres humanos que viven en estado salvaje, pero entonces, ¿a qué civilización pertenecen las ciudades que han divisado desde el espacio?
El planeta de los simios es un libro inquietante, una fábula sobre la angustia que siente el hombre privado de su dignidad, una reflexión sobre el miedo a lo desconocido.
Un clásico de la literatura y del cine.
Citas:
«Esto explica sin duda que hubiera reunido en la nave, con capacidad suficiente para contener algunas familias, numerosas especies vegetales y algunos animales limitando a tres el número de pasajeros: él; su discípulo Arturo Levain, un joven físico de gran porvenir, y yo, Ulises Mérou, periodista poco conocido, que había encontrado casualmente al profesor en el curso de una entrevista periodística.»
«No podía equivocarme por lo que a estos nuevos ruidos atañe. Eran disparos, que retumbaban en la selva: uno, dos, tres, luego muchos más, a intervalos irregulares, a veces sueltos, a veces dos consecutivos, que hacían recordar un doble de cazador. Se disparaba delante de nosotros, en el camino que habían emprendido los fugitivos.»
«Tan pronto como pudimos entendernos Zira y yo, el objeto principal de mi curiosidad y hacia el cual orienté nuestras observaciones fue éste. ¿Eran los monos los únicos seres racionales, los reyes de la Creación en aquel planeta?»
«Los simios no están divididos en naciones. Todo el planeta es gobernado por un consejo al frente del cual hay un triunvirato compuesto de un gorila, un orangután y un chimpancé. Además de este Gobierno, existe un Parlamento, compuesto de tres Cámaras: la Cámara de los gorilas, la Cámara de los orangutanes y la Cámara de los chimpancés, y cada una de ellas vela por los intereses de sus representados.»
He vivido engañado.
Hasta que tome el libro, pensé que las películas eran fieles a la narración original. De nueva cuenta y con el afán de hacer un producto comercial, el mensaje se perdió. Lo más emocionante, bizarro y doloroso no está en ninguna de la propuestas visuales. Para confirmar, me dedicare el tiempo a ver cada una de las películas, no tomare en cuenta la serie de televisión.
Nada más lejos de la verdad.
Los viajes espaciales ya son cosa común, no solo a nivel comercial, si no como medio recreativo.
Contra toda posibilidad, un par de surfista espaciales se encuentran una botella y dentro de ella un mensaje en varios rollos bien apretados. El contenido es sorprendente: está es la historia de un mundo vuelto al revés.
La llegada al planeta Soror, es todo menos lo que se esperaba.
Grandes ciudades con complejos arquitectónicos inmensos. El contacto con los habitantes «superiores» es traumático. Desde un principio, el personaje principal (la narración está en primera persona) ve comprometida su estabilidad mental: estamos frente a una sociedad donde el ser humano (de la Tierra) ya no está hecho a imagen y semejanza del Creador (de la Tierra), es solo una mascota de compañía, un ente sin alma para hacer «experimentos» para nuevos productos que salen al mercado.
Lo irónico es la aplicación de pruebas, como las de Pávlov de parte de simios a humanos, solo para comprobar que es posible que estos últimos tienen capacidad de aprendizaje o por lo menos de ...
Zira y Cornelius son la contraparte que está dispuesta a escuchar lo que el humano más allá de la media, tiene que decir.
La tercera y última parte del libro es una belleza al cierre. La lógica de Ulisses nos lleva por caminos que implican resultados angustiosos y al mismo tiempo «decepcionantes». La propuesta de las repeticiones de copias de conocimiento, nos lleva la conclusión que la cultura de Soror, no es propia. «Alguien» la desarrollo y los simios la copiaron y la repitieron hasta hacerla una verdad irrefutable.
Insisto: el mensaje se ha perdido. Lo que hemos visto durante años en el cine y la televisión, no es lo que el autor pretendía expresar. No existe una resistencia humana que pretenda liberarse del yugo de los simios.
¿Qué pasaría si nuestra cultura, la de la Tierra, solo fuera una secuencia de repetición?
Qué este conocimiento base alguien la genero y nos hemos dedicado a repetirla y reproducirla de manera incansable.
Valor 10/10
Imperdible en tu biblioteca.
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