El asesinato de Rogelio Ackroyd.
Agatha Christie.
Serie Hercules Poirot IV.
1926.
Planeta.
200 páginas.
Sinopsis
Mrs. Ferrars ha muerto víctima de una sobredosis de somníferos. Hace un año, su marido murió al parecer de una gastritis aguda. Carolina Sheppard, la hermana del médico del pueblo, sospecha que fue envenenado. Poco después, Roger Ackroyd, el terrateniente de la villa, aparece muerto con una daga tunecina clavada en la espalda.
¿Estarán las tres muertes relacionadas? ¿Tendrá Caroline razones para sospechar? Afortunadamente al pueblo ha llegado un nuevo vecino, un hombre bajito de grandes bigotes, que se ha retirado a descansar y a cultivar calabacines.
Citas:
«Habían entrado el correo a las nueve menos veinte. A las nueve menos diez, le dejé con la carta por leer. Vacilé con la mano en el picaporte, mirando hacia atrás y preguntándome si olvidaba algo. No recordé nada. Meneando la cabeza, salí y cerré la puerta.» Sheppard.
«Ackroyd estaba sentado tal como lo había dejado en su sillón, colocado delante del fuego. Tenía la cabeza caída a un lado y, saliendo del cuello de su chaqueta, se veía un objeto de metal brillante y retorcido.»
«— Le ahorraré el lenguaje técnico. Lo dejaremos para la encuesta. El golpe ha sido asestado con la mano derecha de un hombre que estaba de pie detrás de la víctima y la muerte ha debido de ser instantánea. A juzgar por la expresión del rostro del muerto, es de presumir que el ataque fue inesperado. Tal vez ha muerto sin saber quién le atacaba.»
No te acostumbres al formato de las anteriores novelas.
No.
Aquí, ya no tenemos al capitán Hastings compartiendo con Poirot. Ha decidido hacer vida en Argentina. En su lugar, el médico del pueblo, James Sheppard toma su lugar, como cronista de la historia, porque lleva de manera metódica la narración.
Y la presencia del belga no llega sino hasta un tercio de la narración, ahí donde a la hermana de Rogelio, el que ha sido asesinado, perdió la fe de que la policía local logre dar con el asesino.
También el lugar ha cambiado.
Ya no estamos en Londres. Es un pueblo pequeño, donde el deporte principal es el «cotilleo». El chisme llevado a su máxima expresión y donde el hombre rico (tal parece que por muy escondido y alejado que este un pueblo en Inglaterra, siempre se esconde ahí un hombre con estas características), el motor de la economía local, ha sido asesinado.
El principal sospechoso, es el mayordomo Parker o al menos eso dice la policía, porque para el resto de los vecinos, está claro que él no puede serlo. Para después pasar a ser Ralph Paton, hijastro de Roger Ackroyd
Como siempre, Agatha logra en pocas páginas y con menos párrafos construir a base de descripciones detalladas (incluyendo mapas de la habitación) el misterio de la habitación con llave y personajes entrañables y efímeros retarnos a encontrar, con las pistas que va dejando, al verdadero asesino y los motivos que lo llevaron a hacerlo. Y como no podía ser de otra manera, el control del tiempo es indispensable para detener al asesino. Vaya con estos ingleses.
Los dos últimos capítulos, como siempre, son de una conclusión rápida y efectiva.
Sin ningún lugar a dudas, Poirot ( o madame Christie) has logrado superarse. Si hay una imagen que pueda describir la historia y el cierre sería como ver al belga lanzar todas las piezas de un rompecabezas de 100 piezas y ser testigo de cómo, la gravedad, va acomodando las piezas de una a una, de manera metódica y lograr tener un imagen coherente. Realmente mágico.
Los dos capítulos que más disfrutarás son el capítulo XVI Una velada jugando al Mah-Jong: donde las conversaciones, indirectas y pujas entre los participantes, por no quedarse atrás para descubrir al asesino nos hacen estar en la misma habitación.
El siguiente es capítulo XXVI Y nada más que la verdad, donde la plática con el asesino no deja ningún lugar a dudas de que no hay escapatoria del detective bigotón.
Valor 10 de 10
Imperdible en tu biblioteca.
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