Horror 2.
Varios Autores.
Serie Gran Super Terror II.
Martínez Roca.
1986.
341 páginas.
Sinopsis
La revista Twilight Zone es la publicación más prestigiosa del género de terror por la calidad insuperable de sus relatos macabros, sobrenaturales y fantásticos. Muchos de ellos fueron filmados por la televisión, y la serie resultante, «Dimensión desconocida», conquistó inmediatamente a una legión de espectadores en todo el mundo.
Los relatos que figuran en esta antología han sido escogidos por sus méritos singulares entre todos los que ha publicado la revista Twilight Zone desde su fundación hasta hoy. O sea que se trata, sin lugar a dudas, de lo mejor entre lo mejor.
Cómo siempre que se trata de una compilación de cuentos, la clasificación es la siguiente:
No pierdas el tiempo (*)
Entretenido (**)
Imperdible (***)
01. El caballo balancín («The Rocking Horse»), Cezarija Abartis (**)
Citas:
«La señora de la limpieza que habían tenido antes se había jubilado y Marge, también próxima al retiro, había llegado hacía algunos meses recomendada por cientos de amigos. Le gustaba guardar cosas: revistas viejas, objetos de porcelana con desperfectos, ramas secas…
—¿De dónde ha sacado eso? —preguntó June mientras se daba un masaje en la nuca, intentando aliviar así su dolor de cabeza.
Marge les había traído un pastel, hecho con las primeras manzanas del otoño, y el caballo balancín.»
Un niño al que todavía le emocionan los juguetes de madera, una hermana adolescente con poca paciencia, un padre que se encuentra en el paro, una madre que tiene que aguantar los dobles y triples turnos.
Y un invitado indeseable que llega de la mano de las mejores intenciones.
Su larga sombra se extiende incluso cuando se encuentran fuera de casa: la oscuridad cobra vida, escenas del pasado remoto llegan en forma de recuerdos que no son míos, la ansiedad va poseyendo todo. El enfrentamiento final es a muerte contra lo que ya está muerto.
Narración entretenida, aunque predecible en el final.
02. La caseta siguiente («The Next Sideshow»), Ramsey Campbell (*)
Cita:
«No valía la pena apresurarse por regresar a casa. Se había olvidado la llave dentro, y su esposa no regresaría antes de media hora; por eso decidió dar un paseo por el parque. El quiosco resonaba como un tambor. Su arco descarnado no ofrecía ningún refugio contra la lluvia. Si apretaba más, quizá podría resguardarse un poco bajo los árboles.»
Una lluvia incesante, una espera que se prolonga la eternidad, el agua que busca por donde salir y un cuerpo que busca encontrar algo de calor en medio del diluvio.
La salvación llega en forma de un pequeño circo que tiene una aún más pequeña casa de los espejos; mejor adentro que afuera y seguir mojándome.
A la izquierda, siempre a la izquierda, sabes que la salida está siempre a la izquierda.
El enfrentamiento contra lo desconocido se hace solo; de la misma manera que tu nacimiento, siempre solo.
La cantidad de detalles que Campbell realiza hacen que la narración vaya perdiendo fuerza, incluso llega un momento de explicaciones que poco tienen que ver con la historia, sin embargo la narración es salvada por el final. Qué final.
03. Otra vez («Again»), Ramsey Campbell (**)
Cita:
« A veces pasaba por debajo de puentes ahuecados y a continuación parecía atraparle entre los terraplenes durante largos kilómetros. Cuando volvía a salir a terreno llano sólo era para mostrarle campos demasiado exuberantes para ser cómodos, setos, árboles, y un verde tan constante que sus matices se desdibujaban hasta convertirse en una sola masa opresiva.»
Una persona (solo una) que enfrenta (de nuevo) encontrarse perdido en medio del campo inglés. Una casa en medio de la nada, habitada por una anciana que pide de manera urgente ayuda para regresar a la casa. Con toda la buena intención de ayudar, el héroe entra a recorrer la casa buscando la llave que permita abrir cualquiera de las puertas.
Comienza el descenso al infierno.
Mucho mejor que la anterior, los personajes tienen más tiempo para ser desarrollados y la descripción del interior de la casa es adecuado para crear un ambiente tétrico y lleno de decrepitud.
04. Estación de pesaje («Weigh Station»), Robert Crais (**)
Citas:
«Era un hombre flaco y pálido, iluminado por la farola de la autopista que se acercaba rápidamente. Estaba encorvado sobre el volante, mirando fijamente hacia delante con unos ojos que casi parecían luminiscentes en las sombras de la cabina. Hubo algo en aquellos ojos que le asustó.»
¿Alguna vez te has preguntado cómo es que los camioneros logran aguantar esos largos períodos en la carretera?
¿Acaso se drogarán? ¿Dormirán más de doce horas continuas? ¿Son los representantes del próximo salto evolutivo?
La propuesta de este cuento corto, es por demás sugerente: todo se encuentra en las estaciones de pesaje que están distribuidas por todo el país en puntos estratégicos, esos lugares que solo puedes acceder si conduces un camión de dieciséis ruedas.
Buen cuento, entretenido y con consecuencias «serias».
05. La historia de Harry («Harry's Story»), Robert H. Curtis (**)
Cita:
«Mi madre me dijo que no prestara atención cuando los chicos me llamaban retrasado. Pero por la expresión de su cara, sé que yo estaba haciendo algo mal. »
Esta es la versión de Forrest Gump, con la protección para la vida que le da su retraso pero sin una madre que haga el trabajo difícil por él.
El final recuerdo haberlo visto en algún capítulo de Cuentos desde la Cripta. Cuando termines te darán ganas de ayudar a Harry a sobrellevar su vida, mira que estar «peleando» todo el tiempo con su hermosa esposa y su mejor amigo.
Puro humor negro con un final oscuro, oscuro.
06. Carrusel («Carousel»), Thomas Disch(**)
Cita:
«Ahora, una permanente procesión de maletas, intercaladas con alguna que otra caja de cartón atada o saco de viaje, se tambaleaba rampa abajo, hacia las manos dispuestas de quienes las esperaban, en la base del carrusel. Predominaban las maletas de nylon o de lona, con nervaduras de vinilo.»
Con todo la caracterización de un capítulo de la Dimensión Desconocida, tenemos a un personaje que sobrelleva sus viajes en avión de manera estoica, con fortaleza y resignación.
Hasta el momento en que su equipaje no aparece en el carrusel (que nombre tan raro) y una agradable azafata (o empleada del aeropuerto) le invita una copa en el bar, sabes que algo no está bien.
07. Groucho («Groucho»), Ron Goulart (**)
Citas:
«La policía, al no poder sacar una conclusión satisfactoria sobre qué o quién había despedazado a Buzz Stover, acabó atribuyendo su muerte al ataque de algún animal salvaje que, de un modo u otro, se había colado en el barrio.»
La reencarnación y el (maldito) karma. Una vez que te has atrevido a jugar con la magia negra es mejor que estés dispuesto a las consecuencias. Si agregas una pizca de egoísmo y una gota de desesperación, el plato puede ser servido frío.
Una historia contada en tercera persona llena de humor negro (el narrador es abogado), situaciones ridículas y un final merecido para el protagonista. Incluso la extensión del cuento se hace breve con el estilo acompasado y campechano de Goulart.
08. La voz en la noche («A Voice in the Night»), William Hope Hodgson (***)
Cita:
«—Lo siento… ¡Lo siento! No quería molestarlos, pero es que tengo hambre…, y ella también.
La voz se apagó y hasta nosotros llegó el ruido de los remos sumergiéndose irregularmente.
—¡Alto! —gritó Will—. No quiero ahuyentarte. ¡Vuelve! Esconderemos la luz, si a ti no te gusta.»
Este es un viejo conocido y como tal, hay que pararse a recibirlo de manera personal, incluso invitarle un trago, si es posible.
El maestro de las cuentos con ambientes neblinosos y fríos escribe en esta ocasión un encuentro en altamar: una pequeña goleta se encuentra con un náufrago que les pide comida y bebida para él y una persona más, pero que no se deja ver.
El arrepentimiento y la llegada inexorable del amanecer apresuran la narración de parte del recién llegado; al principio con coraje, después tristeza y poco a poco con terror los tripulantes se enteran de la historia.
Hasta el momento el mejor cuento de la compilación: Hodgson no defrauda.
09. Cambio en el mar («Sea Change»), George Clayton Johnson (***)
Cita:
«Doc es un hombrecillo flaco, de tez gris, y tiene las manos temblorosas del borracho crónico. La vida no ha sido buena con él; poco a poco se le ha ido comiendo la dignidad y la confianza en sí mismo, hasta dejar solamente el caparazón de hombre.»
Un atraco exitoso, dos personajes que se encuentran en los extremos de las personalidades: un alcohólico y un mafioso agresivo que solo le tiene afecto a su mascota. La huida en un pequeño barco y la complicación del escape debido a un mal entendido.
El resto es historia: salen dos, que se convierten en tres para terminar siendo uno.
Otro cuento breve y con un final como si estuvieras comiendo pescado y no te fijas que es lo que te has metido en la boca.
10. Todos nos estamos muriendo («All of Us Are Dying»), George Clayton Johnson (***)
Cita:
«Mientras yacía allí, el hombre trató de recordar cómo había empezado todo. Había hecho todas las cosas normales que hacían los demás chiquillos. Y luego cumplió doce años y las cosas cambiaron, no en su trato con los chiquillos, sino con los adultos.»
A este escritor hay que ponerle atención: es el segundo cuento en este libro y es tan bueno o mejor que el anterior.
Le ayudan que es breve y solo se toma unos cuantos párrafos para explicar la vida del protagonista, su llegada, salida del pueblo y lo que ahí aconteció.
11. La balsa («The Raft»), Stephen King
Este cuento, que considero uno de los mejores que ha escrito el rey, ya lo he reseñado anteriormente. Aquí te dejo la liga.
12. El quinto fragmento. Un relato de John Swithen («The Fifth Quarter»), Stephen King (**)
Cita:
«Notaba la dureza del arma contra mi pecho al caminar. Era un Colt 45, el Colt de Barney. Serviría para la faena y, además, daba a todo el asunto un sentido de cruda justicia.»
No es propiamente un cuento de fantasía o de terror, es más un thriller . La venganza que se toma en sus manos por la muerte violenta de un amigo. Digamos que es la versión de la Isla del Tesoro al estilo King, con todo y mapa con una marca que señala el lugar donde está enterrado el botín.
Entretenido, pero no recomendable.
13. Escuchen («Listen»), Joe R. Lansdale (***)
Cita:
«Era un consultorio elegante, lleno de negras y elegantes sillas que tenían la textura del abdomen de un lagarto. Las paredes estaban decoradas con cuadros de color explosivo; sobre el gran escritorio de nogal descansaba una escultura metálica. Y estaba el diván, naturalmente, igual que en las películas.»
¿Conoces a alguien que sea transparente para el resto de las personas? Porque parece que hay gente que nació para ser desgraciada.
Aquí tienes un ejemplo de como el protagonista logro «solucionar» su problema.
Entretenido y corto, a lo que va.
14. El vertedero de basuras («The Dump»), Joe R. Lansdale
Citas:
«El vertedero es mi hogar desde hace casi veinte años, y no creo que ninguna ley rimbombante del servicio municipal de higiene haya de obligarme a recoger mis cosas e irme a otra parte. Si voy a trabajar aquí, debería poder vivir aquí.
Yo y Otto… Por cierto, ¿dónde está ese mamón? Los domingos le dejo suelto para que se pasee un poco por ahí. Los demás días lo tengo encadenado dentro de esa barraca, escondido. No quiero que muerda a nadie.»
Si la memoria no me falla, este cuento está en la primera temporada de la serie Love, Death + Robots con el capítulo 09.THE DUMP.
15. Descripción de ciertas extrañas perturbaciones que se produjeron en Aungier Street («An Account of some Strange Disturbances in Aungier Street»), J. Sheridan Le Fanu (**)
Citas:
«La pluma, la tinta y el papel son vehículos fríos para lo prodigioso, y el «lector» es decididamente un animal más crítico que el «escucha»»
Hacía ya un tiempo que no me encontraba con un cuento de fantasmas tan delicioso como este: cumple con todos los requisitos de un cuento gótico de horror.
La antigua casa que cuenta con un terrible secreto que todo el pueblo conoce, menos los ingenuos recién llegados; un ama de casa de religiosamente sale de la casa a las seis de la tarde, después de cumplir con todos sus deberes; las premoniciones en sueños y ruidos que llegan de todos lados, acosando a los durmientes.
El final, me lo salto para que puedas descubrirlo. El único detalle que le encuentro es la longitud de la narración, si quitas algunas cuantas páginas, no pasa nada.
16. Los visitantes de otoño («The Autumn Visitors»), Frank Benlknap Long(*)
Citas:
«En los años en que todavía no se envejece y en que la energía creadora está en su apogeo, la felicidad se puede disfrutar en más de un sentido»
El cuento más insulso y sin sentido de este tomo.
Un par de extraños visitantes pierden a su hija, y la encuentran en la casas de nuestros protagonistas. Mucha información técnica y algunas consecuencias raras.
Te la puedes saltar.
17. Un fragmento de la realidad («A Fragment of Fact»), Chris Massie (**)
Citas:
«Una noche me encontré, entre las diez y las once, pedaleando por la planicie de la desembocadura del Támesis. Mientras aún había luz, había asimilado la desolación melancólica de aquel territorio donde reinaban las marismas, y los extraños chillidos de un ave de las ciénagas que no reconocí intensificaron aquella sensación»
Las marismas (extraño lugar para encontrar una casa) pueden llegar a albergar algunos extraños habitantes y claro que causa extrañeza y molestia pedir agua fresca, para que me den el recipiente del perro que además tiene lodo en el fondo.
El final se siente forzado, el resto de la narración es entretenido.
18. La sábana a los pies de la cama («The Tuck At the Foot of the Bed»), Ardath Mayhar (***)
Citas:
«Con un suspiro, la madre la arropó estirando la sábana con fuerza por debajo del lado del extremo inferior del colchón.
—No comprendo por qué te empeñas siempre en que te arrope estirando la sábana de ese modo.»
¡Agárrate, que Bárbara y su psiquiatra tienen algo que contarte!
Aquí serás testigo de que tus miedos son infundados y que no hay nada debajo de la cama.
Uno de los mejores cuentos que vas a leer alguna vez en tu vida: corto y con un final de película.
Esta es la segunda vez que lo leo y me ha parecido mucho mejor que la primera vez.
19. Ébano absoluto («Absolute Ebony»), Felice Picano (**)
Citas:
«Michaelis dio un suave golpe final sobre la cuña y la piedra produjo un sonido blando como un suspiro, antes de caer partida a ambos lados de las telas en que había estado envuelta. En su interior, con el tamaño del puño de un hombre —del corazón de un hombre—, había una masa de carbón vegetal tan negro, tan denso, que los contadini y hasta el propio William abrieron la boca de asombro, y retrocedieron al verlo»
Este cuento largo, vale la pena leerlo sin prisas.
Resulta que el escritor se toma el tiempo necesario para contarnos la desgraciada vida del pintor (de extraordinarias habilidades) cuando se encuentra en la flor de la vida. El grado de depresión es tal que su carrera se ve comprometida. Hasta que llega a su vida el reto máximo, el que lo dejara entrar el panteón de los dioses de la pintura. Claro que nadie les hace caso a las mujeres del pueblo que saben cosas que los hombres ya han olvidado.
20. La ciénaga («The Swamp»), Robert Sheckley (***)
Citas:
«—¿Qué ocurre, Tommy? —preguntó.
—Se trata de Paul Barlow —contestó el chico—. Estábamos jugando en la ciénaga del este… y… y… y…, ¡se está hundiendo, señor!»
La versión recortada de los chicos del maíz. Nada más puedo decir. Me gusto.
21. Tres cuentos aleccionadores: El deseo, El hombre que amó, La mano que ayuda («Three Cautionary Tales»), Robert Sheckley (***)
De nuevo cuentos cortos y con finales que... imagina que alguien te da un beso «tronado» en el oído.
Tienes solo una oportunidad para pedirle al demonio de los deseos lo que quieras, no importa que, te será concedido. ¿Qué pedirías?
Sé que merezco el amor de esa mujer y solo el de ella. No me interesa nadie más. ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar para conseguirlo?
Veinte años de casado, suena fácil pero no lo es. ¿El suicidio es la mejor opción? ¿Cuál? ¿Cuál de todas las maneras?
22. No es nuestro hermano («Not Our Brother»), Robert Silverberg (***)
Citas:
«Aquella parte de México era famosa por sus máscaras, grotescas y terroríficas, que representaban demonios y monstruos.»
Es notorio que Silverberg ha pasado varios años en México: tacos, mezcal y pueblos perdidos en la sierra de Guerrero. Y los describe sin tapujos: el pueblo con casas de adobe sin cocer, la gente humilde, las cantinas (si, más de una) y el hotel (si, solo uno). La descripción de la fiesta y el final son lo mejor de este cuento largo.
23. El río Estigia fluye corriente arriba («The River Styx Runs Upstream»), Dan Simmons (***)
Citas:
«Yo quería mucho a mi madre. Después de su funeral, una vez que se hubo enterrado su ataúd, la familia regresó a casa y esperó su regreso.»
Y si en el anterior cuento escribió una leyenda, Simmons no se queda atrás.
De escritura ligera, sin atropellamientos ni florituras innecesarias, describe cómo se ven afectados los integrantes de una familia que no puede con la «resurrección» de uno de sus integrantes. Y si pensabas que aquí termina, lee dos veces el final.
Luces estrobo en mi cabeza.
Aire frío (Lovecraft, 1926). El propio autor confesó más tarde [carta a Henry Kuttner del 29 de julio de 1936, en Letters to Henry Kuttner; Necronomicon Press, 1990, pág. 21] que la inspiración para este cuento no le vino, como era de esperar, del relato de Poe «La verdad sobre el caso del señor Valdemar», sino de «La novela del polvo blanco» de Arthur Machen.
24. La esposa del general («The General's Wife»), Peter Straub (***)
Citas:
««Se busca: mujer, preferiblemente norteamericana, con cierta experiencia de vida en el Reino Unido, para ayudar en la preparación de unas memorias militares. Debe poseer conocimientos de lectura en francés. Salario negociable». Se añadía una dirección situada en los jardines de Kensington Park.»
Una larga historia de amor, tanto en el papel como en el tiempo. Una historia llena de oportunas decisiones y eventos fortuitos: la lectura de una solicitud de trabajo, un matrimonio que lleva años en el congelador de la nevera, un baúl lleno de recuerdos en forma de cartas en inglés y francés junto con fotos de hace más de sesenta años.
Este es un ejemplo de que con la suficiente fe, el ardor del deseo y el favor de los dioses (en este caso de los cristianos) es posible saltarse las barreras del espacio y el tiempo. No he dicho que tenga un final feliz.
25. La coartada de un amante («A Lover's Alibi»), Chet Williamson (**)
Citas:
«Querido Harold:
Te amo, y siempre te he amado. No sé por qué hiciste lo que hiciste, por qué creíste necesario terminar de ese modo. Tendrías que haber hablado conmigo, haberme contado cómo te sentías. Yo lo habría comprendido. Te comprendo mucho mejor de lo que tú te imaginas.
Nunca has querido comprender lo mucho que te amo. Ahora lo sabrás. Te he amado lo suficiente como para morir por ti.»
Otra historia de amor. Mucho más afortunada que el anterior.
Asfixiante durante todo el relato, porque sabe cómo incluir a la esposa, de la que se sabe poco o nada. Los amantes que son el foco de atención y el poder de los muertos que buscan como arreglar las cosas a conveniencia.
El final, justo para los que no saben decir las cosas a tiempo y para aquellos que, literalmente, mueren de amor.
Más información de este libro.
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