Título original
The Invisible Man
Año
1933
Duración
71 min.
País
Estados Unidos Estados Unidos
Dirección
James Whale
Guion
R.C. Sherriff, Philip Wyle (Novela: H.G. Wells)
Música
Heinz Roemheld
Fotografía
Arthur Edeson (B&W)
Reparto
Claude Rains, Gloria Stuart, William Harrigan, Henry Travers, E.E. Clive, Una O'Connor, Dudley Digges, John Carradine, Walter Brennan, Dwight Frye
Productora
Universal Pictures
Género
Ciencia ficción. Thriller. Terror. Intriga. Comedia | Steampunk
Grupos
Adaptaciones de H.G. Wells | El hombre invisible (Universal)
Sinopsis
Adaptación de una novela de H.G. Wells sobre un hombre que posee la facultad de hacerse invisible.
Lo bueno.
De corta duración, los primeros treinta minutos son fieles al original, incluso respetan los nombres de los protagonistas.
Lo mejor.
Como extra una historia romántica, por lo que se crean dos nuevos personajes: el padre, jefe de Griffin, y como no podría ser de otra manera, su hija Flora. El interés amoroso del hombre invisible, y que logra detenerlo en su afán de conquista.
Los efectos especiales y las caras de los pueblerinos cuando se va quitando las vendas poco a poco.
La risa de Griffin (Claude Rains), tan naturalmente maniaca, como si el suero de verdad hubiese hecho algún efecto.
La representación de los desmanes: el descarrilamiento de un tren o el asesinato de varias personas, asunto que ni por casualidad, existen en la narración.
Como está filmada en blanco y negro genera un ambiente de antigüedad adecuada a la historia. Al igual que otros relatos de Wells, se trata de una crítica al uso y abuso de la ciencia para beneficios personales.
Lo malo.
Me quedo con la explicación del libro (aquí encuentras la reseña) para obtener la invisibilidad: una extraña combinación de piel extremadamente blanca, albino junto con una combinación de químicos. Mientras que en esta propuesta se sacan de la manga la existencia de una flor que usada de manera indiscriminada, te hace invisible y al mismo tiempo acarrea la locura. ¡Ah! Y esa información solo la tiene el padre de la novia de Griffin, así que no había modo de que él supiera en la que se estaba metiendo.
Quizás...
Me falto la descripción de los sinsabores que el hombre invisible va pasando en su extraordinaria condición: para salir del paso y evitar el frío, se refugia en una tienda departamental, y los desastres que causa más el espanto a los veladores es una de las escenas más divertidas que tiene el libro.
La búsqueda y «pérdida» de los libros con las anotaciones de Griffin, que quedan en manos de un pueblerino sin educación y que todas las noches, desde que el incidente término, los abre sin entender que es lo que contienen.
Valor 8 de 10.
Un clásico con un agregado adecuado a la historia.
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