Título original
Werewolf of London
Año
1935
Duración
75 min.
País
Estados Unidos Estados Unidos
Dirección
Stuart Walker
Guion
John Colton (Historia: Robert Harris)
Música
Karl Hajos
Fotografía
Charles J. Stumar (B&W)
Reparto
Henry Hull, Valerie Hobson, Warner Oland, Spring Byington, Lester Matthews, Ethel Griffies, Clark Williams, J.M. Kerrigan, Charlotte Granville, Zeffie Tilbury, Jeanne Bartlett, Reginald Barlow
Productora
Universal Pictures
Género
Terror. Fantástico | Hombres lobo
Sinopsis
Wilfred Glendon, doctor en botánica, emprende un viaje al Tíbet con el fin de localizar una extraña flor que crece únicamente en esa región bajo el influjo de la Luna. En el momento en que recoge un ejemplar, sufre el ataque de un hombre lobo que lo deja herido y con el estigma del licántropo. De regreso en Londres, recibe la visita del doctor Yogami, la persona que lo atacó. Éste le informa de que la flor que recogió es el único remedio para aletargar durante una noche el mal de luna.
Citas:
«Son unos tontos... pero sin tontos no habría sabiduría.»
«¿De verdad puedes crear luz lunar artificial?»
«La evolución estaba de extraño humor cuando surgió está creación.»
«Recuerde que el hombre lobo busca matar aquello que más ama.»
En mis tiempos de niño, los domingos por la mañana estaban destinados al cine (ir a la matiné). Películas de aventuras, héroes sin capas como Flash Gordon o con ellas como Superman, junto a las palomitas de maíz cocidas en mantequilla.
Está propuesta en blanco y negro me ha traído muchos recuerdos.
Lo bueno.
La historia es corta y solo se da el permiso de algunos cuantos detalles extra. Ofrece el problema y el trapito para limpiar el desorden. En tan solo una hora, sabremos lo desgraciado que se puede ser cuando la curiosidad en nombre de la ciencia es demasiada.
La constante con estas historias está en los cientificos demasiado curiosos que solo saben causar problemas y resolverlos, además de encontrarse en manos de la alta sociedad. Los responsables del desastre y la solución son doctores de alguna universidad, pero son los que están en los niveles más bajos de la sociedad los que pagan.
Las actuaciones no son una maravilla, con excepción de Warner Oland (doctor Yogami) y el mismísimo hombre lobo inglés Henry Hull (doctor Glendon).
Lo mejor.
La historia salpica pequeñas gotas de nostalgia por todos lados: ropa para irse a dormir pero aun con el nudo de la corbata apretado, los puños de las camisas con mancuernillas y las ceniceros a tope. Y por las mañanas y para no perder el estilo, una bata de dormir sustituyendo el saco del traje y el periódico del día presto a ser leído junto a la taza de café.
La transformación. No son necesarios los efectos especiales espectaculares para tener un trabajo bien hecho. Los efectos de luz, la grabación en blanco y negro y los cortes de cámara inteligentes al pasar de una columna a otra.
En el afán de poder contar una historia con continuidad, el hombre lobo no pierde la parte humana. Al contrario, se aprovecha de ellas para conseguir lo que la parte salvaje pide con desesperación: aun tenemos el tiempo y la cordura necesaria para disfrazarse y salir a la calle, buscando la protección de las sombras.
Lo malo.
Dejo este espacio en blanco.
Quizás...
<SPOILER>
Debe ser un escenario muy pequeño, porque la misma escalera que te permite recibir a los invitados a la fiesta es la que te conduce en el cuarto de la anfitriona.
</SPOILER>
Luces estrobo en mi cabeza.
Estas reseñas las encuentras en este mismo blog.
- El hombre invisible(1933).
- La cosa de otro mundo (1956)
- Los usurpadores de cuerpos(1956)
- El libro Horror contiene un cuento recomendable: un hombre lobo utilizado como arma de destrucción. Destemple («Out of Sorts»), Bernard Taylor.
Valor 8 de 10.
Entretenida y recomendable, cuenta bien su historia. Te recomiendo que se las muestres a tus nietos.
Más información de está película.
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